PORTUGAL, Costa de Lisboa

Portugal

PORTUGAL, Costa de Lisboa

COSTA DE LISBOA

De la “ruta del Sol” y los milagros (Nazaré, Fátima) a la villa-regalo (Óbidos), que coronaba a las princesas; a las islas de fondos cristalinos (Berlengas en Peniche), a las “tierras de viñedos y mar” (Torres Vedras, Praia Azul), y a la costa más romántica y aristocrática de todas las portuguesas y, probablemente, de casi todas las europeas. Aquí, en la Costa de Estoril, se entremezclan con la mayor naturalidad, palacios manuelinos, torreones neogóticos, palacetes modernistas, fortalezas indefinibles e inconquistables, con callejuelas estrechas y aupadas, casitas blancas de una planta y con boina de teja, esqueletos de molinos en el horizonte de muchas lomas, caseríos agarrados como lapas a la costa rocosa. Al otro lado del Tajo, está la “costa azul”, desde Caparica a Setúbal y estuario del río Sado. (TurisNorte)

 

Villas

Azeitão. Entre Sesimbra y Setúbal, separada del mar por la impar Serra da Arrábida. Hay que saborear sus quesos frescos y sus vinos de moscatel.

Azenhas do Mar. Por encima del cabo da Roca, es uno de los pueblecitos costeros más hermosos de todo Portugal. Cabo da Roca. El extremo más occidental de Europa, el verdadero “fi nis terrae”, donde las brumas empujaban las imágenes más desbocadas de los marinos.

Cabo Espichel. En el extremo suroeste de la Costa Azul, este lugar bravío y acantilado fue centro de peregrinación (iglesia y pabellones laterales barrocos).

Caparica. Largo arenal atlántico de unos 20 kms., en la margen sur del estuario del Tajo.

Cascais. Esta “ciudad de pescadores y reyes”, plena de vida y diversiones, es la verdadera capital de la Costa de Estoril. Colares. Preciosa villa del interior, cuyos vinos son tan escasos como apreciados.

Ericeira. De aquí salió para su exilio definitivo el último rey de Portugal. Deguste sus langostas.

Estoril. Cargada de palacios y villas señoriales. El mayor casino de Europa.

Mafra. Imponentes monasterio y palacio, fértil o embarazosa obra de Juan V (s. XVIII), de quien Voltaire dijo: “... sus fiestas son procesiones; sus edifi cios, monasterios ... y sus amantes, monjas”.

Palmela. A 9 kms. de Setúbal, tan conocida por su castillo-pousada como por sus excelentes vinos.

Playas de Guincho, Grande, das Maçás.... Inmensas playas, al oeste de Cascais y de Sintra, donde el oleaje rompe al gusto de los mejores “surfistas”.

Queluz. Su palacio rosado y sus jardines reciben el justificado sobrenombre de “el Versalles portugués”.

Sesimbra. Bullicioso pueblo pesquero, cuyos “bifes de espadarte” son sublimes. Ruinas del castillo y empinadas callejuelas.

Setúbal. Además de probar su “brandy moscatel”, no ha de perderse el castillo-pousada de San Felipe y la “torcida” iglesia de Jesús.

Sintra. Este “glorioso Edén” recoge, como en un cuenco, gran parte de la historia menor y cortesana de Portugal. Castillo de los Moros, Palacio Nacional, palacio de Seteais (hoy convertido en hotel), palacio da Pena, jardines de Montserrate, Quinta da Regaleira, ...

Torres Vedras. A 45 kms. de Lisboa y 10 de las playas. Tranquila y muy histórica ciudad. Interesantes visitas y muy apreciados vinos de “Torres”.